La medicina china se centra en las cualidades de cada alimento según su naturaleza (fresca, fría, neutra o caliente), usándolos como forma de recuperar el equilibrio de nuestro organismo. Este sistema nutricional tiene una gran flexibilidad, ya que hace posible una adaptación personal para cada individuo, diseñando cada dieta en función de las necesidades fisiológicas y naturales de cada persona.
Así pues, no solo los alimentos deben estar equilibrados en el día a día para mantener el equilibrio del cuerpo, sino que la forma de cocinarlos también es muy importante. Por ejemplo, si cocinamos plátanos (naturaleza fría) con agua (naturaleza neutra), el alimento pasaría a ser neutro. Si lo cocinamos con jengibre (naturaleza caliente), el plátano pasaría a convertirse en un alimento caliente. En definitiva, se pueden combinar ingredientes de diferente naturaleza para encontrar un equilibrio.
Lo mismo ocurre con la fitoterapia. Muchas veces tomamos suplementos porque alguien nos los recomienda, pero no tenemos en cuenta si nuestro organismo se encuentra ante un desequilibrio de exceso o insuficiencia, por ejemplo, de frio, calor, humedad… Por lo que no acabamos de encontrar el mismo beneficio que obtuvo aquella persona que nos lo recomendó. Por ello, es necesario conocer la naturaleza de los suplementos y la tendencia de nuestro organismo para lograr, tanto con la alimentación como con la fitoterapia, el objetivo que deseamos.